jueves, 14 de enero de 2010

Dia 17. San Antonio Abad, padre de los monjes


Uno de los santos más populares en nuestras tierras es SAN ANTONIO, ABAD, más conocido por San Antón. Su dilatada vida ocupa la segunda mitad del s. III y la primera del IV. Vivió en Egipto, y, cuando contaba dieciocho años, oyó en la iglesia las palabras evangélicas: "Vende lo que tienes y dáselo a los pobres". Antonio cumplió al pie de la letra estas palabras y se retiró a la soledad. Allí llevó vida de ermitaño. Una vida dura y difícil, una vida de oración. Su gesto atrae a otras personas. Antonio ve peligrar su soledad, y se retira a un edificio abandonado, en mitad del desierto. En él, vivirá veinte años. Pero tampoco consigue estar solo. Ni siquiera le vale construir un muro alrededor del edificio. El lugar se pobló pronto de ermitaños. Todos acuden a Antonio para que les ilumine, les exhorte, los ayude en su vida espiritual. Sin proponérselo, Antonio está iniciando el monacato en Egipto. Es una nueva vida de seguimiento más fiel de los consejos evangélicos. La vida de nuestro santo continúa con sus ayunos, mortificaciones, oraciones. Pero aún no se siente satisfecho, y se retira a un lugar más apartado. Casi otros veinte años vivirá allí. También llegarán discípulos ansiosos de aprender de él. Se ha convertido en una leyenda. La fama de sus milagros, de su doctrina, de su austeridad... llega a todas partes. Pero Antonio no es un hombre que huya de los demás. Quiere estar solo para encontrarse mejor con Dios. Por eso, acudirá a Alejandría, en tiempos de persecución, para sostener la fe de los mártires y sufrir, si es preciso, el martirio. El 17 de enero del año 356, Antonio entrega su alma a Dios. No escribió reglas monásticas, pero su influjo se dejará sentir en numerosos discípulos e inspirará las regles de diversas Órdenes religiosas de Oriente y de Occidente. En un tiempo de ruido y ajetreo, la figura de este hombre, que se procura la soledad para encontrarse con Dios, nos enseña a saber prescindir de tantas cosas que consideramos necesarias, para ir derechos a buscar lo fundamental, lo que de verdad importa.

martes, 5 de enero de 2010

Pensamientos de Madre Mercedes


"Contemplando a María, su pureza, su santidad, su armonía, su dulzura, su paz, su bondad, su amor, entenderemos cómo nos creó Dios y qué amor derrochó para crearnos" ( Madre Mercedes)

lunes, 4 de enero de 2010

Epifania del Señor


Epifanía significa "manifestación". Jesús se da a conocer. Aunque Jesús se dio a conocer en diferentes momentos a diferentes personas, la Iglesia celebra como epifanías tres eventos:
Su Epifanía ante los Reyes Magos
Su Epifanía a San Juan Bautista en el Jordán
Su Epifanía a sus discípulos y comienzo de Su vida pública con el milagro en Caná.
La Epifanía que más celebramos en la Navidad es la primera.
La fiesta de la Epifanía tiene su origen en la Iglesia de Oriente. A diferencia de Europa, el 6 de enero tanto en Egipto como en Arabia se celebraba el solsticio, festejando al sol victorioso con evocaciones míticas muy antiguas. Epifanio explica que los paganos celebraban el solsticio invernal y el aumento de la luz a los trece días de haberse dado este cambio; nos dice además que los paganos hacían una fiesta significativa y suntuosa en el templo de Coré. Cosme de Jerusalén cuenta que los paganos celebraban una fiesta mucho antes que los cristianos con ritos nocturnos en los que gritaban: "la virgen ha dado a luz, la luz crece".
Entre los años 120 y 140 AD los gnósticos trataron de cristianizar estos festejos celebrando el bautismo de Jesús. Siguiendo la creencia gnóstica, los cristianos de Basílides celebraban la Encarnación del Verbo en la humanidad de Jesús cuando fue bautizado. Epifanio trata de darles un sentido cristiano al decir que Cristo demuestra así ser la verdadera luz y los cristianos celebran su nacimiento.

Hasta el siglo IV la Iglesia comenzó a celebrar en este día la Epifanía del Señor. Al igual que la fiesta de Navidad en occidente, la Epifanía nace contemporáneamente en Oriente como respuesta de la Iglesia a la celebración solar pagana que tratan de sustituir. Así se explica que la Epifanía se llama en oriente: Hagia phota, es decir, la santa luz.
Esta fiesta nacida en Oriente ya se celebraba en la Galia a mediados del s IV donde se encuentran vestigios de haber sido una gran fiesta para el año 361 AD. La celebración de esta fiesta es ligeramente posterior a la de Navidad.

Los Reyes Magos
Mientras en Oriente la Epifanía es la fiesta de la Encarnación, en Occidente se celebra con esta fiesta la revelación de Jesús al mundo pagano, la verdadera Epifanía. La celebración gira en torno a la adoración a la que fue sujeto el Niño Jesús por parte de los tres Reyes Magos (Mt 2 1-12) como símbolo del reconocimiento del mundo pagano de que Cristo es el salvador de toda la humanidad.
De acuerdo a la tradición de la Iglesia del siglo I, se relaciona a estos magos como hombres poderosos y sabios, posiblemente reyes de naciones al oriente del Mediterráneo, hombres que por su cultura y espiritualidad cultivaban su conocimiento de hombre y de la naturaleza esforzándose especialmente por mantener un contacto con Dios. Del pasaje bíblico sabemos que son magos, que vinieron de Oriente y que como regalo trajeron incienso, oro y mirra; de la tradición de los primeros siglos se nos dice que fueron tres reyes sabios: Melchor, Gaspar y Baltazar. Hasta el año de 474 AD sus restos estuvieron en Constantinopla, la capital cristiana más importante en Oriente; luego fueron trasladados a la catedral de Milán (Italia) y en 1164 fueron trasladados a la ciudad de Colonia (Alemania), donde permanecen hasta nuestros días.
El hacer regalos a los niños el día 6 de enero corresponde a la conmemoración de la generosidad que estos magos tuvieron al adorar al Niño Jesús y hacerle regalos tomando en cuenta que "lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mi me lo hacéis" (Mt. 25, 40); a los niños haciéndoles vivir hermosa y delicadamente la fantasía del acontecimiento y a los mayores como muestra de amor y fe a Cristo recién nacido.